Mis diez secretos para ser feliz (parte 2)


Animado por las, en general, buenas críticas a la primera parte, me pongo a «desvelar» más trucos para ser feliz (que a mi me funcionan)

sonrie

Sonríe

En serio, es tan fácil como eso: sonreír. Hay por ahí algunos estudios que dicen que tu actitud corporal puede cambiar tu actitud mental, que si sonríes tu cerebro acaba creyéndose que eres feliz (que manipulables, somos, ¿eh?)

Además, cuando sonríes la gente que esta a tu alrededor te percibe de otra manera, eres más atractiv@ (¡En mi caso incluso dejo de ser feo a ratos!), caes mejor y te tratan mejor. Comprobadlo, os prometo que veréis resultados muy pronto.

Hay que hacer un esfuerzo inicial, es cierto, para ser consciente de qué cara estas poniendo y para que tu sonrisa no sea forzada, pero esta es la herramienta más sencilla de todas. Por cierto, esto me recuerda otro tema para hablar en otros posts: las fases de la adquisición del conocimiento (II, CI, CC, IC), ¡superinteresante! Gracias , Juan Antonio, por habérmelo descubierto hace ya mucho.

Actitud

Este es el más fácil de explicar y uno de los más complejos de conseguir. ¿Eres de ver el vaso medio lleno o medio vacío? ¿o de los que lo ven y se ponen a bebérselo?¿o de los que se ponen a rellenarlo? ¿o de los que tiran el agua y sirven un buen vino?

La mejor forma, al menos para mí, es establecer una serie de controles mentales. Cuando ocurran determinadas cosas, en lugar de ceder a la seductora opción de deprimirte y dar pena, lanzarte a ti mismo preguntas que te saquen de ahí.

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A mí me sirve mucho (muchísimo), cuando me pasa algo malo, investigar qué ha pasado, buscar dónde estuvo el fallo, pensar en posibles escenarios donde lo habría, teóricamente, hecho mejor. ¡Aprende de tus errores, no te quedes lamentándote!

Ejemplo : Te despiden de tu empresa de hace 10 años: ¿Te deprimes? ¿le guardas rencor de por vida a alguien? ¿o analizas qué pudiste hacer mal para no repetirlo y te pones a buscar?

Cuando surgen problemas en la vida podemos llegar a bloquearnos, en lugar de intentar salir de ellos, en esos casos, piensa: Si tienes un problema y tiene solución, ¿Para qué te preocupas? y si tienes un problema sin solución ¿Para qué te preocupas? La trampa de esta frase es que hay una fase de «discovery» en la que tienes que comprender si hay solución, para esos momentos recuerda esta otra frase, muy similar: «Tú te ocupas o te preocupas«, ponte las botas y busca soluciones (habla, pregunta, busca, piensa, documéntate: ¡MUEVE EL CULO!)

Además de ir gestionando esos momentos de crisis recordando frases como estas,o cualesquiera te ayuden a ti, es importante recordar siempre que es tu actitud lo que hace que te tomes las cosas de una forma u otra, tú puedes elegir ser feliz.

Olvida el Orgullo

Pensarás «Eso nunca, me siento orgulloso de xxxxx xxxxxxx y nunca dejaré de estarlo», eso ya lo hablaremos otro día. Yo me refiero a ese orgullo que te impide dar la razón a los demás o que te hace intentar humillarles o dejarles por «inferiores». Ese orgullo que cuando llevas 10 minutos discutiendo por algo, impide que reconozcas que estaba equivocado, ese orgullo que solo rompe relaciones (dejar de hablar a tu amiga del instituto por que no te saludó, no ir a las cenas familiares porque te echaron en cara un error o tonterías similares) o causa conflictos bélicos (la guerra de Troya, las guerras mundiales, la invasión de Kuwait por Iraq…) Cuando vayas a apartar a gente de tu vida, recuerda todo lo que te han aportado, y valóralo más que la última tontería que no te gustó.

orgullo

No tengas miedo a ser el primero en reconocer que algo se ha hecho mal o un error o en pedir perdón. Conozco a gente que se ha quedado sin amigos por tonterías del estilo «Es que se fue a otra fiesta en lugar de a la mía».

Orgullo = Caca. ¡En serio!

Bueno, suficiente por hoy, ¿no? Sigo esperando críticas constructivas o comentarios de cualquier otro tipo.

Recordad compartir si creéis que esto puede serle útil a alguien. ¡Un abrazo!

2 comentarios en “Mis diez secretos para ser feliz (parte 2)

  1. Lorena Robredo García dijo:

    Acertado. Conectado con el orgullo, añadiría el ego. Ese ego que hace que identifiquemos nuestra personalidad con nuestro cuerpo, nuestros logros y nuestras posesiones. Gran obstáculo para la felicidad.

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